El lunes 27 de Julio, sobre las diez de la mañana me sonó el teléfono, era Irene. Me comunico que me necesitaba urgentemente para marchar a una feria gastronómica para empezar a trabajar. Enhorabuena¡¡ ya conseguí trabajo me dije.
Concrete con ella que pasaría por la asesoría que le llevaba la gestión de nóminas para poder firmar el contrato. No obstante le repetí que para el martes no podría ser, ya que llevaba dos semanas trabajando como extra en otra sidrería, y que como muy temprano podría marchar el miércoles por la mañana para no hacer el feo al restaurante en el que trabajaba. Recuerdo que se enojo un poco, pero de todas formas lo solucione diciéndole que viajaría en mi coche y que al medio día del miércoles estaría en A´Coruña.--- Esta, sin duda era la peor decisión que tome en mi vida.
En el restaurante en el que trabajaba en esas dos semanas había cobrado cerca de 1200 € y todavía tenían trabajo hasta finales de agosto, pero sopese la “estabilidad”, “descansos” “vacaciones”… y sobre todo no tener problemas de trabajo en invierno, por lo que decidí cambiar. Aparentemente una buena decisión.
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