viernes, 30 de octubre de 2009

Dieta inhumana.S.O.S.-Decima parte


Una vez desechos de la clientela comenzábamos a recoger, limpiar y sacar todo el vacío de todas las cajas de sidra vendidas, lo que mi primer día de trabajo termino cerca de las 2:15 minutos de la noche, y habiendo empezado a las 7:30 de la mañana. Unas 19 horas de trabajo.

Terminada de la faena, preparamos la mesa improvisada para cenar, la cual se basaba en la siguiente; comida caliente: chorizo a la sidra, patatas cabrales, picadillo con patatas, fabada de lata y chorizos a la sidra (esto último ¡qué asco!), comida fria: quesos (cabrales, afoga el pitu, la peral, ahumado de pria…), embutidos (jamón, chorizo de jabalí, chorizo de ciervo, salchichón) ah y los bollos preñados. Especifico esto porque es lo que estuve comiendo todos mis días durante el tiempo que llevo trabajando en esta empresa.

Las únicas excepciones durante los 82 días trabajados y 164 comidas en concepto de menú fueron las siguientes; 1)6 veces para el almuerzo y solo durante la feria de A´coruña (en otras ferias ella no estaba)Irene cocinaba algo (arroz tres delicias, pollo asado, costillas al horno, ensalada, ) en cantidades ingentes, las cuales nos pasábamos el resto de los días comiendo y cenando las sobras, eso quien se atrevía ya que tenía dudosa salubridad. 2) Miky, el de las patatas al cabrales, preparo en dos cenas tortilla prefabricada, de esa que viene en bolsa; pizza embasada; “huevos fritos” y chuletas de cabecera que al igual que Irene servían de sobra para el resto de los días. 3) Menú del día en cuenca, en una gasolinera camino de Madrid desde Gandía(Valencia). 4) Bocadillo de ternera preparado en un bar cercano a la hora de la comida en Santander, de pie y en 10 minutos antes de empezar el montaje de la feria marinera.5) La feria del Pilar (Zaragoza) 5 días de buena comida, (en esta feria me encontraba yo con 5 extras ya que el resto de mis compañeros se encontraban en la feria medieval del Quijote). Isaac me facilito 50 € un dia, y 20€ otro para hacer la compra en un supermercado cercano y cocinar para mí y los extras, (esto fue la semana pasada). Mi menú se basó en lo siguiente; solo un plato, ya que el presupuesto era muy escaso y teníamos que comer 3 días nueve personas: paella de arroz con pollo (bunisima), filete de ternera con pimientos del piquillo y patas fritas (delicioso), espaguetis a la boloñesa (no sobro nada), ensalada campera (con patatas cocidas), albóndigas caseras, además de leche y galletas churruscadas para desayunar.(Menú de 1€ por persona y comida aproximadamente).

Yo personalmente, al igual que algunos compañeros cuando había que superar la hora de la comida, me iba a una tienda (solo cuando había tiendas abiertas y muy cercanas) y me compraba comida, la cual se basaba en fruta, yogures y poco más, ya que mi presupuesto no me daba para más. También tengo que mencionar que, cuando estaba Pepe el parrillero, (--un señor jubilado de la mina, de unos 60 años, que venía desde Lugo para trabajar como el que más en la parrilla--), añadía al menú; panceta, chorizo criollo y costillas resecas.

No voy a decir que la comida de La Casa de Asturias era mala, solo que después de comerla una semana seguida, daba asco. Incluso la comida de la parrilla de Pepe, que tenía un dudoso estado, al ser transportada de ciudad en ciudad sin equipo de frio. Llegue a contar hasta seis las veces que se congelo y descongelo la misma carne.

Nadie puede vivir a base de quesos, embutidos y costillas, mejor dicho huesos. En 164 comidas sin incluir los desayunos se vario el menú unas 26 veces aproximadamente. Inhumano.

Días antes de que Isaac me facilitara los 70€ para realizar la compra en el supermercado, le dije jugándome una mala contestación por su parte, (“cual siervo de un rey de la edad media”), que si me facilitaba la compra yo podría cocinar para los demás compañeros y así de este modo tendríamos una dieta normal. A lo que me contesto, mira José no compro más comida porque los “bulgaritos” son muy especiales, solo comen tonterías y no saben comer, son unos niñatos (igual fue con otras palabras no menos violentas, pero era lo que quería decir). Sorpresa fue para mí, que media semana después en Zaragoza se acerco a mí y me dijo: “Toma 50 euros y haz la comida”. Los otros 20€ ya se los pedí yo directamente. ¡Lo que me faltaba¡ mendigando para comer ¡manda huevos!.

De lo que estoy seguro es que los “bulgaritos” no eran unos niñatos, en dos días cuando llegaron de Madrid, comieron mis albóndigas y ya estaban improvisando el menú que querían que les cocinase para el día siguiente.

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